
Siete cuentos prehispánicos
Joachim von Mentz
Pocos números tan cargados de simbología como el siete. Ya sea en el pensamiento judeocristiano o en la cosmogonía mesoamericana, representa el equilibrio, la unidad de los ciclos, las diversas etapas iniciáticas y la armonía entre el individuo y el universo: la totalidad. Seguramente, Joachim von Mentz tuvo en mente la asociación del número siete con Tezcatlipoca para componer estos Siete cuentos prehispánicos. Situados en distintos enclaves, correspondientes a diversas etnias (teotihuacana, mexica, maya, mazahua, tepaneca, chalca y culhúa), el elemento común es la atmósfera religiosa, llena de misterios y augurios, bajo la que vivían los pueblos prehispánicos. Las ceremonias y rituales consagrados a las divinidades, así como otras tradiciones —el juego de pelota (“Tlachtli”) y los misterios del cerro de la Estrella (“Huixactitlan”)—, detonan los sucesos narrados. El férreo calendario cosmogónico y las normas sociales colocan a los protagonistas en mortales peligros. Conocedor de los temas históricos, mitológicos y astronómicos de las culturas mesoamericanas, von Mentz narra con erudición, ingenio y destreza las peripecias y tribulaciones de los personajes para satisfacer el celoso mandato de los sacerdotes, más que de las deidades en cuyo nombre gobernaban. Sin soslayar la fidelidad histórica, estos cuentos nos confrontan con la pérdida, el heroísmo, el resentimiento, la envidia y el amor paternal y filial. |